La Carta de la Luna



¿A quién acudiré
si la Luna me ha mentido
a cada hora que la he mirado?...

fragmento de "Mentiras"

Koroa Batekin















Bajo el Pseudonimo Koroa Batekin, Helena Vilella lleva mucho tiempo escribiendo, “La carta de la luna” supone la confirmación de Koroa Batekin como escritora. Koroa con su libro es el número uno de la colección poesía de Ediciones Azorín, un sello con orígenes Alicantinos y Murcianos.

1. ¿CÓMO Y CUÁNDO SURGE TU PASIÓN POR LAS LETRAS?

Mi pasión por las letras nace desde temprana edad.
Recuerdo con cariño las horas de clase de lengua en EGB, donde mi imaginación volaba libremente por el espacio de aquella aula.
Redactar historias y escribir poemas ya eran una vocación muy clara para mí.
Los libros de lectura nos enseñaban la literatura de la generación del 98 entre los que se encontraba: Azorín, Pío Baroja, Ramón del Valle-Inclán etc… Pero a mÍ quien me marcó lo suficiente para amar la poesía fue Antonio Machado.
Con los años me he servido de la poesía para descubrirme a mi misma, para comprenderme y desahogar mis miedos y frustraciones. También para vocear un grito de agradecimiento a la amistad, al amor y a la vida misma.

2. ¿QUÉ HAS ESTADO HACIENDO TODOS ESTOS AÑOS?

Nunca he dejado de escribir. He compaginado siempre las letra con el trabajo, los estudios y la maternidad.
Aún tengo guardado en el baúl del tiempo muchos cuadernos de cuentos, relatos, poemas y palabras al vuelo, que son citas acerca de mis vivencias personales.
El hecho de que yo no publicara mis obras no significaba que se agotara mi inspiración, por lo que a menudo mis musas pedían refuerzos. Y las seguían un ejército de musas bien entrenadas.
Yo me sentía abstraída por sus sugerentes soplos de inspiración. Estos han sido siempre caricias de satén que me aislaban del espacio terrenal, y me dejaba guiar como una hoja ligera llevada por el viento, sabiendo que era un momento precioso para Mí. Y lo sería para otros corazones que vibrarían conmigo a la vez.
Durante todos estos años he asistido a presentaciones de libros, recitales de poesía y encuentros literarios, siempre desde la sombra, en el más riguroso anonimato. Solía leer y escribir en la tranquilidad de un silencioso parque o entre el bullicio de un café a media tarde.
A menudo concursaba en los premios de poesía o narrativa que iba encontrando al paso. Siempre ilusionada por ganar un premio corría hacía la oficina de correos con mi paquete y el deseo por un galardón que se haría de rogar año tras año.
Nunca llegaba el día de la grata sorpresa a mi buzón y esto me hacía titubear sobre la idea de tirar la toalla. A veces me cuestionaba si realmente mi poesía tenía algún valor. Pero a pesar de los desencuentros con los jurados de certámenes literarios nunca me dejé derrotar. Porque aquellas experiencias me llevaron a trabajar duro, más constante, adaptándome a unas condiciones establecidas, aprendiendo a perfeccionar mi estilo, enriqueciendo mi vocabulario y dejándome guiar por las musas que. A fin de cuentas ellas lo hacen mucho mejor. La ilusión y la fe ciega han sido los dos pilares que sostuvieron mi trayectoria literaria como participante. No miraba atrás anotando gastos, sino todo lo contrario: veía una inversión que a largo plazo recompensaría todo mi esfuerzo.

3. ¿A QUÉ SE DEBE EL NOMBRE DE KOROA BATEKIN?

Simplemente diré que, cuando me preparaba para estudiar Filología Hispánica
(cosa que nunca llegué a estudiar, por circunstancias de la vida que tampoco importan ahora demasiado) escogí como segunda lengua el euskera. Me dediqué a leer a los poetas vascos. Fue entonces cuando descubrí la poesía de Gabriel Aresti y me quedé tocada por él. Leí sus extraordinarios poemas y me fascinó especialmente uno. Nire izena. Lo escribí y después lo guardé. Al tiempo comencé una novela y tenía que buscar nombre para la chica, y nada me gustaba, porque nada encajaba con el perfil de mi querida bohemia. Un día por sorpresa encontré aquel poema de Aresti y me emocionó profundamente al releer aquella palabra que tanto me caló. Entonces comprendí, que allí estaba su nombre. Era algo así como estar predestinada para ser llamada así, Koroa Batekin. Hasta entonces siempre firmaba mis obras bajo el seudónimo de “Helena de Troya” por mi amor a la historia griega y en especial a la de Troya.
Pero entonces comprendí que mi verdadera identidad literaria se encontraba en aquella estrofa maravillosa de Aresti y me regalé aquel nombre.
Koroa Batekin fue mi seudónimo para concursos. Firmé tanto con aquel nombre que casi llegué a olvidar el mío propio. Me ha acompañado desde entonces como un personaje invisible para todos, pero real y único para mí.
Tal vez Koroa sea esa otra Helena que casi nadie…
o nadie…ha llegado a conocer.
(Epitafio escrito desde un fragmento del poema Nire izena de G. Aresti)
Hiltzen naizenean egonen da
nire lauzaren gainean eskribu hau:
“Pensatzen dut nire izenanire izana dela,
eta eznaizela ezer ezpada
nire izena”.
Koroa Batekin
Que viene a decir:
Cuando yo me muera se podrá leer
la siguiente inscripción en mi mausoleo:
Pienso en mi ser que es mi nombre,
y que no soy
sino mi nombre.
(Corona de Flores)

4. ¿Qué fue lo que impidió que publicases tus obras?

No sé el motivo exacto. Tal vez no fue uno solo, sino un cúmulo de pequeños obstáculos lo que hizo que mis obras se fueran apilando año tras año en el baúl del olvido.
Bien cierto es que en la maravillosa tarea de las letras se llega a sentir una gran satisfacción durante el proceso de la obra, pero por mucho que te guste el resultado, siempre albergas ciertas dudas sobre el efecto que pueda causar sobre resto del mundo. Ahí puede ser que se halle la respuesta. Miedo a defraudar.
Así que, a falta de arrojo y decisión, día a día seguía guardando mis obras en el baúl del recuerdo. Por entonces solo algunos amigos que vivieron muy de cerca mi pasión por las letras, disfrutaban y compartían sus opiniones conmigo, aunque no me resultaba demasiado objetivas ya que había demasiado cariño de por medio. Por otro lado, he de decir que, en aquella maravillosa época bohemia, mi orden de prioridades era otro. Mis obras delatan una imperiosa necesidad de aprender y crecer creativamente.

5. ¿CUÁNDO TOMAS LA DECISIÓN DE PUBLICAR?

Al cabo de tantos años haciendo lo que más me gusta, no me propongo publicar de un día para otro. Comienzo a recibir progresivamente señales, que tal vez ya estuvieron hace veinticinco años ante mis ojos, pero por cualquier motivo no las pude leer.
En esta etapa de mi vida, llena de cambios, debo estar más receptiva a las señales que me indican el trayecto. Algunas palabras mágicas, y digo mágicas, porque son inesperadas y obran milagrosamente en mi interior, removieron entre escombros de unas ruinas perpetuas, y allí fui encontrando fragmentos de un tesoro muy valioso. Bastó con limpiar y pulir aquel hallazgo para ponerlo en un pedestal, y por fin aprendí a admirar una obra única y bella.
Cuando crees ciegamente que puedes y deseas con todas tus fuerzas que ocurra, el universo confabula para que captes las señales y divises tu horizonte.
Y ya no habrá mapa, faro, ni brújula mejor que tú para alcanzar tu destino.
Todo mi pasado ha sido un tiempo de labranza y trabajar la tierra con su duro esfuerzo ha merecido la pena. El año 2014 fue uno de los mejores años para mí y dejarme zarandear por el universo me ha llevado hasta aquí.
Ahora sostengo con fe que habrán muchos años prósperos, muchos sueños cumplidos y muchas obras más para disfrutar.

6. LA CARTA DE LA LUNA ES TU PRIMERA PUBLICACIÓN PERO NO TU PRIMERA OBRA.
¿POR QUÉ MOTIVO ESCOGES ESTA?

La Carta de la Luna fue escrita en el año 96. Anteriormente había escrito otras muchas obras. Pero esta siempre fue muy especial para mí. Al tener que escoger una obra para editar, me dejé guiar por el corazón.

7.¿TE HAS PLANTEADO CONTINUAR PUBLICANDO?

Ahora que he tomado conciencia de estas sabias palabras que leía en mi juventud:
“La poesía no es de quien la escribe si no de quién la necesita”
(Pablo Neruda)
Dejaré mis riendas en manos del universo para que todo lo que deba suceder, suceda.
Y segura estoy, de que habrá más publicaciones. De momento me gustaría disfrutar de esta como se merece.

8. EL TÍTULO.

Para mí los títulos son de gran importancia. Ellos ponen en antecendes al lector sobre la obra que ha de descubrir.
Cuando yo escribía La carta de la Luna, cada palabra tenía un sentido, el mío.
Y poco importa ya qué razón de ser me llevó a escribir aquellas palabras.
Ahora ha llegado el momento de que cada cual al leerla le dé su propio sentido. Seguro encontrará, como todos, una razón de ser.
En la segunda parte del poemario, que es un canto al desamor, varios poemas hacen mención a la Luna; pero es, sin embargo Estrella fugaz quién mejor expresa ese sentido que representa para mí la Luna.
La Luna simboliza la voluntad no gobernada por la razón, sino por el capricho. Para simplificar lo llamaré libre albedrío.
Es en ese vaivén de sentimientos encontrados entre el amor ciego y el desconcierto donde la voz interna envía mensajes a la Luna; pero ella que no atiende a razones se evade constantemente.

DESPEDIDA

Una vez leí que:
“Cualquier poema bueno se convierte de alguna manera en algo abstracto, pero siempre tiene que ver con la realidad, con la vida del poeta o con la vida de otros.
Las cosas bellas tienen también algo de metafísicas”.
Ojalá entre las líneas de este poemario halles algún tesoro creado solo para ti.
Entonces se habrá cumplido mi deseo.
Un abrazo

Koroa Batekin










                       POEMAS COMPLETOS





                                    La Carta de la Luna





Imposibles


Si has divisado una mirada conflictiva

al mirar en el mismo centro de mis ojos

y sus sonrisas...,

ya me conoces a mí.

Si has descubierto la irónica súplica en mis gestos,

a mi alma de rodillas...,

acabas de saber de mí.

Si nunca has visto la traición,

¿por qué ahora conocerla?

No me compares,

es algo que odio.

Déjame que me dé a conocer,

que puedo darme del todo.

Y lo que no halles en mí

tendrás que perdonar de algún modo.

No soy perfecta, ni quiero.

Intento imposibles,


mas no juego a ser Dios...


Koroa Batekin


















Mentiras



¿A quién acudiré


si la luna me ha mentido


a cada hora que la he mirado?


Se han acabado ya


las mentiras existentes,


pues la luna

dejó de existir.

¡Hasta nunca jamás!

para mis ojos.

En los sueños

donde ella me veía a mí,

jadeaba el alma,

y ella reía sin más.

Cuando en lo recóndito

de mi silencio,

ella adivinaba cada pensamiento,

ella bruja de todo tiempo

no quiere de su techo caer.

Yo quiero olvidar el hechizo,

cuando recordar pueda

el nombre de quien pueda acudir.



Koroa Batekin

Pintura by Edward Eggleston






























Vida bella



Envidio la vida bella

de algún poeta,

que supo resumir su vida

en una grata hora.

Añoro la niñez


de las horas recordadas,

de las ideales miradas,

de la música que sabe hablar...

adoro al dios que llevas dentro

mi gran amigo,

y beso la escultura

que guarda bajo el frío,

un ardiente corazón.



Koroa Batekin
PICASSO - 1946

























Absurda batalla


Son frecuentes,

muy frecuentes,

las ocasiones 


en que siento con frío

la muerte,

muerte de mi esencia

y vida de mi yo.

¡Cómo estalla

la ofuscada guerra!

en la tierra que soy yo.

Por no haber ideas

no entiendo aún esta guerra,

y oculta en la trinchera

desbordo mi razón.

Sopeso el valor

y quedo confundida.

¿Qué vale más,

sobrevivir o militar?

Dejaré al adversario

que gane de nuevo

esta absurda batalla,

porque a fin de cuentas

aquí quien vale pese a todo,

soy tan solo yo.


Koroa Batekin

ilustración de LOUIS ICART - 1945






















Pinceles del deseo

¿Quién pudo crear esa isla virgen y única

en tu infinito lugar?

¿Quién se atrevió a poseerla?

¡Fui tan sólo yo!

Dime tú, pues:

¿Quién podría pintar con los pinceles del deseo

el lienzo que en tu alma invento?

¿Quién descubriría en tu paleta

nuevo matiz y color?

¿Quién, si no yo?

Si soy yo la que a ti...

tanto te ama.


Koroa Batekin




















Vida
Tú tienes vida,

tienes arte.

Me interesas,


me importas.

Y ninguna fuerza

remplazar podrá

tu belleza.

Porque ella no quiere enmascarar

lo feo, lo viejo.

Ella sólo es.

Su nombre es VIDA

y su entrañable mirada,

un corazón grabado en un árbol

y un beso pintado en papel.




Koroa Batekin.























Retorno al alba.



Un corazón alado


me acompaña


y otro sediento de alturas


llora y quiebra una lanza.


Brasa bajo pies ya quemados,

por donaires que abarcan

de todo lo inasible,

de todo lo que mata.

La risa es tardía,

la lágrima yace arcaica,

las furias embisten

al de enfrente,

ciego en su ceguera

arremete,odia y mata.

Así un corazón sin alas,

envidia con envidia amarga

y venga cada turbia hora,

con la idea de ser

solo polvo de la nada.



Koroa Batekin














Inclinada

Inclinada va la hoja de mi vida.

Teme al quiebre de memorias

por esa gota egoísta,

que se deja caer por salvarse del suelo,

a mis palpitantes euforias.


Fría como el mármol,

transparente como el cristal,

viva como nadie

viene tu forma a adaptarse

a mi forma natural.

Pero no será para siempre,

no hay en mí fuerza alguna

para prolongar tanta ansiedad.

Deberá caerse y desprenderse

en la tierra seca,

será gota que hiera y muera,

pagando así su desfachatada insensatez.




Koroa Batekin







                          FRAGMENTOS



















































































































POEMAS COMPLETOS













Juego de valor



Si quieres para ti esa presencia deseada,

si amas con tanta ansia,

¿por qué motivo callar?

Si crees en el divino hecho

de besar más que en el sueño,

¿por qué con el beso humano besar?

Extendiendo tus manos al cielo,

déjate llevar en el baile del destino.

Ama,

como si sólo tú fueras el afortunado

de tanto amor que se pueda recibir.

Si crees que vale la pena,

¿por qué no empeñas tu alma?

Arriesga y ama,

juega y gana...

en este juego de valor.



Koroa Batekin















Pena

                                                                 ¡NO! a la violencia de género





Que con el peso de tu pena,

ojos de mi ser,

se hundiría el universo.

Ya sé... Natural como la vida misma

la razón, el querer...

Pero la pena con que se ahogan tus latidos,

¡ay, esa pena!

Pesa tanto...

y por eso queda de la herida

sangre insípida, invisible, inodora...

Pena al mundo descubierta,

lágrimas censuradas,

prohibido está llorar.

Que con el peso de tu pena,

ojos de mi ser,

se remordería de dolor

el loco-cuerdo

y el humano-Dios.



Koroa Batekin




















En la noche


Hoy con el día nace en mi seno

el fracaso del amor,

porque no te tengo.

En la noche,

en la inconsciencia,

no hay ignorancia...,

sólo yo,

aunque no te tengo.

Y, al abrir los ojos llamados por el sol,

saben que es la hora de guardar

mi dicha en el tercer cajón.

Mañana estaré con él,

quizá sobre las tres.

Cuando el silencio cubre mi cama

y mi inconsciencia se marcha,

viaja libre, vuela como una águila

y nadie la puede atrapar.

En la cumbre se posa mi alma

y amo la desértica circunstancia

porque nadie nos fusila con sus duras miradas


nada nos atañe, nada de nada.

Yo me voy a levantar ahora de mi cama.




Koroa Batekin





















La pasión



Nado en la abundancia de tu ser.

No me arrojes a la orilla.

Pedaleo con las ansias de alcanzarte

y he soltado mis manos.

No he dejado de agarrar el viento,

pero a ti no he logrado tocarte.

Tú no dices nada y yo

espero, como agua de mayo,

una sola palabra.

No quiero arrastrarte a mi tormenta,

ni quiero hacerte náufrago en mi isla.

Hoy descubrí que

la pasión no se agota,

se renueva.

No muere,

se transforma.

El deseo no se borra,

se sumerge y luego flota...

... Si has amado,

amarás.

En el accidente de la vida

uno cae, se levanta y

vuelve a caminar.




Koroa Batekin






















¡Vive, vive, vive!


Breves comentarios

bajo la luz difuminada,

no del amanecer,

precisamente.

Experimento con los seres

que se pasean por dentro,

en caminos polvorientos

de mi reducido cerebro.

Tarareo atardeceres.

¿Cómo se hace eso?

¡Vive, vive, vive!

Y luego a silbar.

¿Quién pasó dejando

el sabor de mi boca?

Ya no lo recuerdo.

Fue ayer...,

después de ayer.




Koroa Batekin



PINTURA DE  Catrin Welz-Stein





















Alusiones


Uso innumerables alusiones


en el idioma de la ingenuidad.


Me pregunto y me desoriento


en los constantes intentos.

Descubro abstractas siluetas

y busco nombres que inventar.

Es esencial la razón

en opiniones múltiples,

que me llaman buscando

dos testigos que se hagan conocer.

No copio,

pues odio ese género de burla.

Quiero ser íntegramente yo,

contenido y figura.



Koroa Batekin.


















Atardeceres


¿Sabes de qué color


son los atardeceres,


cuando sientes que


el amor se muere?

Yo sí lo sé...

Pero también puedo escribir

de qué sabor es el beso

del encuentro con la resurrección,

de un corazón lleno de vida

que palpita por soñar nuevos sueños...

Sueños que no se vuelven a soñar.

Como la flor que muere,

pero por momentos dejó en el aire

el más fragante perfume.





Koroa Batekin

Pintura de WANG MEIFANG-CHINA














Seres únicos



Somos tú y yo coetáneos

seres únicos de la isla.


Somos lo que recíprocamente necesitamos...


¡Jolín, quién lo diría!


Te consideras ser prosaico.


Nada te ata, ¿eh?


Si la prosa es tu idioma

no me desarraigará de ti.

Agarro de lleno el concepto

que armoniza mi necesidad,

barro la insulsa estrategia

pinto encima de la vulgaridad.

He canjeado la cadencia

por el beso que madura,

dejemos el juego del bueno y el malo,

seamos culpables sin que nada nos remuerda...

al acabar.


Koroa Batekin.
Pintura de: Jan Sluijters: Nocturne - 1904












Agonía



Nunca se puede olvidar


un momento de agonía,

porque parecen ser mil días,

mil días de cólera.

Un abandono,

una despedida,

una historia oculta

te puede dañar.

Pasar de largo sin un saludo,

noches en vela,

pies muy heridos,

no se pueden olvidar.

Cuando ya pareces morir,

tú, hueca por dentro,

quieres llenar de algodoncitos

hasta el último oscuro hueco.

Empiezas a descubrir que

en una niña fea te has convertido,

dispuesta para el juego de algún niño aburrido.

Que la vida injusta te acuna a la deriva

y ya no hay tiempo,

apenas te queda destino.

¿Sabes?

... Ni siquiera resulta gracioso

las bromas que gasta conmigo

a veces la vida...


Koroa Batekin


















Loca


La sonrisa del Sol


y la algazara de la Luna

se encuentran mirando

casi siempre desde arriba.

El enfado del animal

y la indiferencia del racional,

siempre presentes aquí y allá.

Debo estar loca para soportar

un momento más sin partir...


Koroa Batekin




















Me cautivas


Sé que no sé nada,

conclusión probada,

cuando me interrogan tus labios

con la clase que profesas.

Por mi parte espero

en tu sabiduría constructiva,

entre juegos de manos

me lías, me cautivas.

Me haces entrar en el fuego,

penetrar en tu isla,

sin haber navegado antes

de llegar hasta allí.

El regreso será, tal vez,

flotando en el resto de un amor

que fue posiblemente


sólo de madera un sueño.



Koroa Batekin

















Dolor maldito


Mis ojos se deshacen

velando a mis manos vacías,

porque vacía llora la palma

entre los surcos de sus rayas...

Se desgarraba el alma hacía horas,

pero de mis ojos no cristalizaba ni una sola lágrima.

Dolor,dolor maldito,

sangre que se amontona en mi cerebro

haciéndose notar.

Pide paso haciendo daño.

Ese cerebro de conciencia dominada

se columpia con jirones

haciendo grietas en mi calma.

Lucho por un segundo de silencio,

por una huida muy lejana,

sé que algún día

reiré con mayores ganas.

Pero hoy baja el río

con su cauce ausente de agua,

y sube el ave a la cima

para llamarme con sus alas.

Llora un instante por mí,

te lo pagaría a cualquier precio.


Koroa Batekin.



















                                                                         a Alfonsina Storni, poeta.

Inmenso mar


Llorando se quedó ella


con sus ojos, cual golondrinas

echaron a volar por los cielos,

se posaron en la nube enrojecida.

Dijeron palabras quejumbrosas

sus labios de gaviota marina.

Esos labios risueños no reirían ya.

Dice en el revuelo de su pensar:

“Nada me habla,

ni un poema,

ni un cantar.

He perdido el sentido”.

Llorando se quedó porque

cree que nadie piensa en ella.

Duda que la recuerden con amor

por su valor y su entrega...

Cuando la soledad la llamó con su eco,

salió de su oculta guarida.

Deseó convertirse en una de sus lágrimas,

desembocando en el inmenso mar.



Koroa Batekin

Fotografía de escultura en el Mar de la Plata. Homenaje a Alfonsina Storni.
























En mis sueños


Desperté cuando dormías.


Dormiste al despertar al alba.


Despertaste al ave


de mi amor secreto,

cuando yo dormía quieta.

Tú quisiste dormir

cuando yo soñaba

y yo soñé que tú a mí

también me amabas.

Pero no sé si habrá un despertar

en la misma hora,

en el mismo lugar,

donde nos sobresalte la loca palabra:

¿Por qué estamos aquí?

Si tú no lo comprendes,

yo lo entiendo así.

Quiero despertar para reconstruir

el rompecabezas de mi ilusión

y quiero verte dormido un instante

para al despertar oírte decir:

“En mi sueño estabas

y ahora te tengo aquí”.


Koroa Batekin.



















Un imposible


¿Por qué queréis despertar al amor?
No cometáis tal locura.
La Luna no quiso salir hoy
y la playa está desierta.
Todo lo que mi corazón quiere
es un imposible...
¡Y tú quieres venir a romper
el silencio de mi quietud!
No sea malvado como un ser sin alma.
Deja que le llore, que le ame,
que me recueste en las rodillas
de mi fantasía máxima.
Que si no tengo aliento
no es todo lo que me falta.
Dejadme que respire con su presencia,
con su calma...
No hagáis velar al amor
... hasta que quiera.


Koroa Batekin.










Un pedazo de querer


Siempre lo supe,

mas alguna vez lo olvidé,

que sólo, por cada día que se ignora,

muere, si se guarda, un pedazo de querer.

Esa madre que todo lo da,

nunca anotando deudas,

nunca recordando un bien,
aunque muchas veces fuera.
Esa que vive para mí

y no muere por estar aquí.

Siempre lo sabré,

aunque de tarde en tarde lo olvide.

Ella lo es todo para mí.

Si me ve sufrir, se consume.

No descansan sus agotados ojos.

Ella no vive, se desvive.

Si pienso en sus despobladas manos

se me estrecha con dolor el alma.

Si recuerdo su sonrisa tierna

se me llenan los ojos de lágrimas.

Quizás estas palabras sólo sean

de un desierto un miserable

grano de arena, pero yo lo sé.

Siempre recordaré que

el amor de madre todo lo llena.


Koroa Batekin















Un solo segundo


Un sólo segundo basta

para entregar mi vida a Dios.

Sólo uno para agotar mi

más amplio repertorio.

Uno y nada más y

ya me tienes ahí.

Los segundos cuentan

en esta vida con rejas.

Y, si eres capaz de comprarlos,

habrás comprado muy caro

fragmentos de tu vivencia.

Un segundo basta

para reírme en tu cara.

Sólo uno para sacar

de tu mar inmensa

mi enana barca.

Los segundos miden

con el termómetro de la inocencia.

Los segundos me hablan

de mis mentiras ciertas.

Un segundo basta

para oír silbar al alba.

Sólo uno para dejarme tejer

por injurias de una araña.

Sólo un segundo para morir...

... Sólo uno me basta.


Koroa Batekin













Quedarán


Es tan natural mi destino

como el fango tras la lluvia,

tras la vida sin disculpa

llegará a su pasaje mi final.

Querré decir con sumo juicio:

- Mi trabajo está cumplido,

¿A qué debo esperar?

Y no tendré apariencia,espero,

de vagabundo poeta

que espera envejecer tarde a tarde...

solitario,entristecido.

No habrá más cafés compartidos,

ni beso al cielo,

ni llagas , ni ruido...

Quedarán mis largas charlas

en algún oído,

mi mirada comprensiva,

un guardado cantar...

la firma en el diario.

Koroa Batekin.

Pintura de Mark Arian















Poeta de poetas


¿Por qué quieres saber para

que existen los sueños?

¿Qué te lleva o te trae

para buscar su sentido?

Los sueños valen o no valen,

sólo depende del sujeto

que está por debajo

de la subconsciente locura.

Te trae los sueños:

La química que te eleva,

que te alegra un momento

sin valor preciso.

También te lleva a ser rey,

mago,dios...

pero el poeta de poetas

sueña que sueña otros sueños.


Koroa Batekin

Pintura de WENDY NG- CHINA















Algo eterno


Del abrazo que nos ciñó largo y tendido

creció vulnerable obra en la fosa de mi sentir.

Nació lo que mis dedos no tocan,

mis ojos no pintan,

mi boca no borra.

Algo eterno, admirado por tan sólo unos dos.

De la sonrisa difuminada saqué a flote

cada sombra guardada en ti.

Fuera de la encrucijada te soñé por amarte,

hasta el borde de mi lienzo blanco y puro por esperarte.

Deseé con mi pincel besar tu boca amante…

…una y otra vez.


Koroa Batekin

Escultura de Camille Claudel



                             Fragmentos

























































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